Énfasis en los efectos
Mario Kaplún
Este es el segundo de los tres modelos que hay, es exógeno al
igual que el primero y trata de moldear la conducta de los alumnos con los
objetivos ya establecidos.
Algunas de las características de este modelo es que
cuestiona al modelo tradicional, aunque es tan autoritario e imponente como él,
también da mucha importancia a la motivación y rechaza los programas amplios y
los modelos librescos, ya que los consideraban poco efectivos así como lentos y
caros, y además que como ya sabemos, ahí el alumno repite y olvida, en la comunicación
debe de haber retroalimentación por parte del destinatario y su objetivo es el
cambio de actitudes, es un modelo que trabaja con un método activo y se
preocupa por evaluar los resultados de las acciones.
Este modelo surgió en Estados Unidos en el siglo XX,
durante la segunda guerra mundial, lo que nos resuelve la duda de ¿Por qué este
modelo es tan autoritario?, pues la respuesta es porque este modelo fue
desarrollado meramente para el entrenamiento militar, para que así mismo los
soldados fueran adiestrados de manera rápida y eficaz.
En este todos los pasos del aprendizaje ya vienen
programados, y el mismo programador es el que decide lo que el educando tiene
que hacer, cómo actuar y así mismo el cómo debe pensar, así se le puede
considerar como “educación manipuladora”.
Cuando este modelo llega a América Latina en la década de
los 60’s lo hace con un fin en común, el cual fue terminar con la pobreza, pero
¿Cómo?, para esto era necesaria la modernización y copiar los métodos de los países
capitalistas, hacer que los campesinos abandonaran sus métodos primitivos y en
su lugar utilizaran nuevas técnicas.
En el modelo anterior lo único que importaba era que el
alumno memorizara la información, en este modelo se busca que además de
transmitir los conocimientos, se convenciera, manejara y acondicionara al
individuo para adoptar las nuevas conductas que fueron propuestas, de aquí fue
como nace la “ingeniería del comportamiento”.
En cuanto a la psicología, este modelo está bajo los
objetivos de la psicología conductista, la cual se “basa en el mecanismo de
estímulos y recompensas y que originó este modelo educativo”. (Kaplún, 1998,
pág. 33)
El conductismo genera hábitos y el hábito se convierte en
el papel central de la educación, ya que nos menciona Kaplún que el educar no
es solo razonar, sino el generar hábitos, así mismo nos define hábito como una “conducta
automática, mecánica, no-reflexiva, no-consciente y, por tanto, posible de ser
condicionada, moldeada, suscitada externamente por el educador en poder del
estímulo y la recompensa adecuadas”. (Kaplún, 1998, pág. 34)
Como ejemplo nos muestra una imagen sobre el experimento de
los reflejos condicionados de Pávlov, en la cual se observa a un perro saltando
un aro e imaginando un hueso, el experimento de Pávlov consistió en enseñar a
un perro un trasto con comida, el perro al ver la comida comienza a salivar,
después sin necesidad de mostrar comida al perro y solamente con su trasto el
saliva, pero ya lo hace automáticamente, aquí el proceso de salivar sin
necesidad de ya ver la comida es o que se conoce como hábito, es la conducta
que le fue moldeada, lo mismo pasa cuando nosotros nos imaginamos comida.
En cuanto a la recompensa, esta es la crea los nuevos
hábitos en la persona o individuo, ya que para el cambio de actitudes, la
recompensa determina la creación de hábitos nuevos, la recompensa debe de
provocar efecto y así mismo producir un resultado.
¿Dónde más podemos encontrar este modelo además de en las técnicas
de modernización agrícola?, este fue el ejemplo de cuando llegó a América
Latina, pero no olvidemos que ya antes había sido usado en Estados Unidos para
el ejército, además de estas dos también está presente en el entrenamiento técnico-profesional,
adiestramiento de operarios y enseñanza de oficios, así como en el conjunto de técnicas,
métodos y aparatos de la conocida “tecnología educativa” y en la instrucción
programada.
Un ejemplo muy claro de este modelo, está en la educación a
distancia, donde a pesar de que el estudiante estudia por su cuenta, no
investiga y tampoco piensa por sí mismo, lo hace siguiendo los pasos que el
programador del curso de ordena.
Otro ejemplo y que nos muestra claramente que este modelo
esta tan metido en nuestras vidas diarias son las propagandas, como cuando
mencionan un producto en la televisión con un mensaje llamativo o porque hace
cosas “inimaginables” y nosotros corremos a comprarlo.
Pero regresemos al modelo en
cuanto a lo educativo y en su aplicación, en éste modelo así como en el
tradicional, el eje reside sobre el profesor y el texto, y como ya hemos
mencionado, el centro es el programador, así que el trabajo de enseñar es para
los materiales escritos y audiovisuales.
Se da una apariencia de
participación a los educandos, pero solo es mera apariencia, ya que los contenidos
ya están definidos y la participación del educando consiste en ejecutar tales
contenidos, por tanto se acostumbra a ser guiado por otros.
El educando también se
convierte en una persona competitiva, ya que no se da la convivencia de la actividad
cooperativa y solidaria, son socavados de sus valores culturales tradicionales,
por lo cual pierden su identidad cultural, lo cual causa que ellos pierdan la
confianza, y el método tampoco les ayuda al desarrollo de su raciocinio, y ya
que solo se valora el logro de los objetivos operacionales, este tipo de educación
no ayuda al desarrollo de la creatividad y de la conciencia crítica.
Como objetivo se tiene que el
educando “haga”.
Desde este modelo la
comunicación se ve de la siguiente manera:
Hay un emisor, el cual es el
que envía el mensaje a un receptor, pero aquí hay una respuesta del receptor la
cual se denomina como “retroalimentación”, la cual es recogida por el emisor.
Por tal motivo se puede ver a
este modelo como participativo, ya que el receptor, el cual es el alumno, tiene
un papel más activo, suponiendo así que se le da la oportunidad de reaccionar
ante el mensaje que recibe y obtener alguna influencia, esto hace que esta
comunicación sea bidireccional y no unidireccional, pero no olvidemos que el
objetivo es el de conseguir efectos.
*"Énfasis en los efectos", en
Una Pedagogía de la Comunicación (1998), Mario Kaplún, Madrid: Ediciones de la
Torre.
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Las imágenes han sido tomadas de Internet.
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